Cali, agosto 10 de 2025. Actualizado: sábado, agosto 9, 2025 10:24
División en el BanRep sobre futuro de la política monetaria
BanRep enfocado en controlar la inflación pese a señales de desaceleración
Basado en las minutas del Banco de la República publicadas esta semana, se muestra que un grupo mayoritario dentro de la junta directiva se mantiene firme en su enfoque contractivo de política monetaria, priorizando el control de la inflación incluso en un entorno de desaceleración económica y crecientes tensiones fiscales.
Aunque la inflación ha venido cediendo desde su pico, y las condiciones de consumo interno se han debilitado, la mayoría de los codirectores sigue considerando que los riesgos al alza en materia inflacionaria y fiscal justifican una postura restrictiva y prudente.
Esto refuerza la expectativa de que el ciclo bajista en tasas de interés continuará a un ritmo moderado, con recortes graduales y altamente condicionados a la evolución macroeconómica. Así lo refleja el más reciente análisis de Itaú Colombia.
Riesgos fiscales, presión cambiaria y credibilidad
Según el reporte, el balance de riesgos en el corto plazo sigue siendo complejo. El aumento del déficit fiscal y de las necesidades de financiación del Gobierno presiona la prima de riesgo país, el tipo de cambio y, en consecuencia, el componente de inflación importada.
Para Itaú, la junta ha puesto énfasis en la dominancia fiscal como un factor que puede obstaculizar la convergencia de la inflación hacia la meta del 3%.
Esto significa que el alto gasto público sin respaldo tributario podría obligar al Emisor a ser más cauteloso con el ritmo de recortes, para no comprometer su credibilidad ni su mandato constitucional de estabilidad de precios.
Además, aunque la inflación ha retrocedido hasta el 5,05% anual en julio, algunos rubros —como los regulados y los alimentos— muestran resistencia a la baja, lo que refuerza la postura de prudencia monetaria.
División interna sobre la velocidad de los recortes
Uno de los elementos más relevantes de las minutas es la clara división entre los miembros de la junta. Cuatro codirectores votaron a favor de mantener la tasa de interés en 12,25%, mientras que tres votaron por reducirla en 25 puntos básicos, a 12%.
Este grupo minoritario considera que el contexto de actividad debilitada y consumo lento amerita un estímulo más decidido.
Sin embargo, la mayoría se impuso, argumentando que los avances en inflación observada aún no son suficientes para acelerar el ciclo de reducción, especialmente en medio de un entorno global incierto, presiones cambiarias y una elevada prima de riesgo soberano.
Itaú concluye que, en este contexto, el margen para reanudar recortes agresivos es limitado, y que se requieren señales más claras de convergencia sostenida hacia la meta de inflación y de mayor disciplina fiscal para justificar un viraje más expansivo.
¿Qué viene para las tasas de interés?
La próxima reunión del Banco de la República será clave para confirmar si la postura mayoritaria se mantiene o si gana fuerza el ala más dovish de la junta.
Itaú anticipa que el Emisor seguirá recortando la tasa de política de manera cautelosa, probablemente en tramos de 25 puntos básicos por reunión.
El reporte también advierte que un ajuste más agresivo, sin respaldo en los datos, podría poner en riesgo la credibilidad de la política monetaria y generar volatilidad en los mercados financieros, especialmente en un contexto donde el dólar ha mostrado movimientos erráticos ante las presiones fiscales en EE. UU. y la volatilidad global.
Indicadores clave y contexto externo
Itaú también presentó otros datos relevantes del entorno macroeconómico:
En junio, las exportaciones de Colombia alcanzaron los USD 3.959 millones, una cifra cercana al consenso del mercado, aunque por debajo de la previsión de Itaú de USD 4.100 millones.
Esto representa una variación anual positiva del 2,6%, impulsada por las ventas de café, carbón y petróleo.
Se proyecta un déficit de cuenta corriente del 2,6% del PIB para 2025, una ampliación respecto al 1,8% registrado en 2024, lo que podría incrementar la presión externa sobre la economía.
El Índice de Precios del Productor (IPP) en julio aumentó un 2,20% anual, reflejando una moderada presión de costos en la cadena productiva.
Se espera un superávit comercial de USD 5.600 millones en julio, cifra que contrasta con el déficit de USD 7.500 millones observado en julio de 2024, lo cual representa una mejora significativa en la balanza de pagos.
En el ámbito internacional, Chile anunció un programa de acumulación de reservas internacionales por hasta USD 25 millones diarios durante tres años, para reforzar su posición externa, lo cual también podría influir en la región andina.
El análisis de Itaú confirma que, aunque el Banco de la República está en un ciclo de relajación monetaria, las condiciones para acelerar ese proceso aún no están dadas.
Los riesgos fiscales, la persistencia de ciertas presiones inflacionarias y la necesidad de preservar la credibilidad del Emisor limitan el margen de maniobra para recortes más agresivos.
Así, el mensaje es claro: la tasa de interés caerá, pero a paso lento y con extremo cuidado, en línea con los fundamentos técnicos y la estabilidad macroeconómica.