Cali, abril 30 de 2025. Actualizado: miércoles, abril 30, 2025 17:07

Rodrigo F. Chois

Chats de copropiedades, infernum online

Rodrigo F. Chois

La apuesta era que los grupos de WhatsApp nos permitiera, a quienes formamos parte de una copropiedad, lograr el noble propósito de facilitar la comunicación entre vecinos. La intención original era la de crear un paraíso: información en tiempo real, coordinación eficiente entre todos y, por supuesto, la sagrada armonía vecinal.
¡Pero hemos creado un Leviatán! No hay día en que, en el chat, no lea batallas campales entre quienes osan parquear cinco centímetros por fuera del borde y sus implacables detractores. Entre los fiesteros y los caseros ermitaños. Y ni qué decir de las críticas a quienes hacen ruido al entregarse a las batallas del amor, comentarios que, por lo general, vienen de aquellos que, cobijados por una indiscutible envidia, ya no izan el pájaro o no lo han metido en su jaula en meses.
En medio de este caos aparecen los bandos: los pro-mascotas vs. los anti-mascotas; los que quieren la Asamblea virtual vs. los que la quieren presencial; la torre A vs la B, etc.
Y, como si todo lo anterior fuera poco, aparecen detectives, denunciando conspiraciones en la unidad: el vecino al que ya no han vuelto a ver, el que nunca saca la basura o la señora que estaba gordita y ahora ya no lo está.
Sí, los grupos de WhatsApp de las copropiedades se han convertido en una reality show que me hace concluir que la sentencia “pueblo chico, infierno grande” es incontrovertible.

¿No será que la humanidad estaba mejor cuando las quejas las dejábamos en un sobre en la portería o se quedaban simplemente en la mente del vecino rencoroso que nunca las enviaba?

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miércoles 19 de marzo, 2025
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