El origen de la vida humana se da en África

África es uno de los cinco continentes habitados por el ser humano, ubicado estratégicamente entre el mar Mediterráneo, el océano Atlántico, el océano Índico y el mar Rojo.

Esta parte del mundo, con sus 54 países, oficia como la cuna de la humanidad, precisamente en la ciudad de Johannesburgo, en Sudáfrica, la tierra de Nelson Mandela.

En esta ciudad se encuentra un conjunto de yacimientos paleontológicos y arqueológicos designados por la Unesco en 1999 como Patrimonio de la Humanidad, ubicados estratégicamente en esta importante parte del mundo.

Actualmente cubre 474 km² y contiene un complejo de cuevas de piedra caliza, incluyendo las Cuevas de Sterkfontein, donde se encontró el fósil Australopithecus africanus (apodado “Señora Ples”), de 2,3 millones de años, descubierto en 1947 por el Dr. Robert Broom y John Robinson.

También destaca la Cueva Maravilla.

Este hallazgo corroboró el descubrimiento del cráneo de un joven Australopithecus africanus en 1924, llamado el “Niño de Taung”, por Raymond Dart, en Taung, en la Provincia Noroeste de Sudáfrica, donde aún siguen las excavaciones.

En 1997, el paleoantropólogo Ronald J. Clarke descubrió el esqueleto casi completo de un Australopithecus, apodado “Pie Pequeño”, que data de al menos 3,3 millones de años.

Estamos hablando del origen de la vida según la teoría evolucionista y autoctonista de dos grandes investigadores: Charles Darwin, del Reino Unido, y Florentino Ameghino, argentino.

De acuerdo con los vestigios arqueológicos y óseos humanos hallados en este lugar, el continente negro —como peyorativamente lo llaman algunos— se constituye en el epicentro de la vida en su proceso evolutivo.

Esto incluye a los homínidos, los Homo ergaster, Homo habilis, Homo erectus y finalmente el Homo sapiens, pero también al hombre de Neandertal y los cromañones.

El hombre de Pekín

Del mismo modo, al hablar del origen de la vida, nos trasladamos a la República Popular de China, donde encontramos al hombre de Pekín, una especie de Homo erectus pekinensis, considerada una subespecie de Homo erectus propia de China.

Su nombre alude a que sus restos fósiles se descubrieron al suroeste de Pekín, en una cueva de la localidad de Zhoukoudian.

Datan de hace entre 780,000 y 230,000 años (Pleistoceno medio).

Esto indica que, millones de años atrás, la vida ya emergía en África y que muchos nómadas pudieron llegar a Pekín y a muchas otras partes del mundo.

Teniendo en cuenta estos hallazgos prehistóricos, donde la vida del hombre emerge en medio de cuestionadas teorías, podemos decir que la población humana en cada parte del mundo proviene de África y más aún del África subsahariana, es decir, de los países que no bordean el mar Mediterráneo, como Marruecos, Túnez, Libia y Egipto.

Sin embargo, este continente es una de las partes del mundo con más problemas socioeconómicos.

Aunque su suelo está lleno de metales valiosos, muchos países viven en la pobreza en medio de la riqueza.

África ha sido saqueada y su gente sometida a los peores sacrificios, especialmente a manos de los europeos.

Para revivir la historia del proceso esclavista: de África fueron sacados 60 millones de negros rumbo a Europa, Asia y lo que hoy es América.

A este último continente trajeron 13 millones de negros, transportados en carabelas o barcos de vela.

Algunos historiadores afirman que, si un barco tenía capacidad para 200 personas, lo llenaban con 400 o más, lo que provocaba un hacinamiento extremo, facilitando enfermedades y muertes por inhalar dióxido de carbono.

También se dice que, de esos 60 millones de africanos sacados del continente, cerca de 20 millones fueron arrojados al océano Atlántico y al océano Índico, algunos por voluntad propia y otros porque se resistían a ser llevados a tierras desconocidas.

Esta cifra de muertes sería superior a los fallecidos en los campos de concentración del genocida Adolf Hitler.

El último transporte de africanos esclavizados que ingresó a tierras venezolanas arribó a Puerto Cabello la mañana del 26 de mayo de 1825, llevando más de 300 africanos en condición de esclavizados para ser vendidos a los europeos.

Fueron 349 años de holocausto que terminaron en Colombia el 21 de mayo de 1851 con la abolición de la esclavitud durante el gobierno de José Hilario López.

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