Cali, junio 7 de 2025. Actualizado: viernes, junio 6, 2025 23:28
Hipólita, la negra que amamantó a Simón Bolívar
Durante todo el periodo de la esclavitud en las Américas hubo hechos y personajes que hoy la historia poco o nada da cuenta de ellos. Si de pronto llegásemos a saber de algo, en gran parte está relacionado con algún episodio donde los esclavistas no fueron tan crueles con los negros esclavizados.
No obstante, en el largo proceso de resignificación de la historia, poco a poco y cada día vamos descubriendo situaciones que, al enterarnos, quedamos asombrados por el alto grado de crueldad y deshumanización hacia los negros y aborígenes.
Entre los años 1600 y mil ochocientos llegaron a las Américas un promedio de 10 millones de negros en calidad de esclavizados, por supuesto sin contar los que nacían aquí, es decir, los negros criollos.
Estos eran tratados como mercancía, vendidos al martillo; por ejemplo: “a esta negra con buenos pechos y además inteligente la vendo por 10 libras esterlinas, ¿quién da más, quién da más?”. Este trato les hacía perder incluso su autoestima por el valor de sus vidas y la de sus congéneres.
Eso se llama envilecimiento. Se puede decir que, durante este tiempo, se promulgaron leyes que protegían a los esclavistas, dándoles de esta forma más estatus y potestad sobre los negros.
En este propósito encontramos el discurso de William Lynch: “cómo dominar a un esclavo”.
La negra Hipólita
Cuando nació Simón Bolívar en 1783, su madre se vio en la necesidad, por quebrantos de salud, de buscarle una nodriza.
Para ello recurrió a Hipólita, una negra esclavizada de la hacienda El Ingenio, en San Mateo, propiedad de la familia. Hipólita se había casado con Mateo Bolívar, también siervo de la familia Bolívar, pero de la hacienda Santo Domingo de Macaire, en Caucagua, estado Miranda.
Tuvo un hijo de nombre Dionisio, de la misma edad de Simón. Hipólita contaba con veinte años de edad cuando nació Simón Bolívar.
En este sentido, podemos decir que el caso de Hipólita con Simón Bolívar fue uno de los cuales hoy la historia omite. Durante los años de la colonia, a las negras las obligaban a amamantar bebés que no eran suyos.
Ellas eran usadas como nodrizas. Recién paridas, sus pechos y su leche eran usados para alimentar a los hijos de los esclavistas.
Esta práctica era vigilada por un capataz, el cual controlaba que la negra siempre le diera pecho al hijo del blanco, mientras tanto su propio hijo sufría de desnutrición, incluso moría de inanición.
Las mujeres blancas eran felices porque, al no amamantar, conservaban la figura de sus pechos y, al mismo tiempo, tendrían unos hijos fuertes como los negros.
Aunque poco se habla de la negra Hipólita, pudimos darnos cuenta de que en la ciudad de Valencia, en Venezuela, hay un parque que lleva su nombre y también erigieron un monumento.