Las elecciones, la democracia y el voto masivo

Rosa María Agudelo

Las elecciones no están en riesgo, pero deslegitimarlas sí amenaza nuestra democracia. Este es el verdadero peligro.

Lo vemos cuando se siembra desconfianza en las instituciones y se descalifica a la Registraduría. Lo vemos cuando se insinúa que todo está arreglado.

Lo vemos cuando se insinúa fraude desde el poder. Es peligroso porque desmoviliza a los ciudadanos. Es peligroso porque alienta una democracia armada donde se impone la fuerza.

La única salida frente a esta narrativa es el voto masivo. En las próximas jornadas no podremos quedarnos en casa. No es momento de la indiferencia ni del miedo.

Votar es el acto de resistencia más poderoso que tiene un ciudadano. Votar en masa es la mejor forma de defender la democracia.

El presidente Petro, quien ahora descalifica a la Registraduría, es producto de esta democracia. Fue elegido con garantías y transparencia en múltiples contiendas.

Gracias a ese sistema que hoy cuestiona llegó a la Presidencia. Hoy parece olvidarse que como jefe de Estado es su responsabilidad garantizar que las próximas elecciones sean seguras, libres y transparentes.

Es impensable la cancelación de las elecciones. Es impensable impulsar figuras para prolongar el mandato de Petro. Es inconcebible lo que plantea su jefe de gabinete, insinuando que el país necesita veinte años de Petro.

No, lo que necesita el país es una democracia con capacidad de elegir y ser elegidos, con reglas claras, sólidas y sostenibles.

No se puede jugar con la confianza de los ciudadanos. No se puede agitar el miedo y la desconfianza para sembrar dudas sobre el resultado. Las instituciones necesitan fortalecerse, no debilitarse.

La salida está clara: votar en masa, exigir garantías y defender nuestra democracia.