¿Sostenibilidad insostenible?

¿Las empresas colombianas están renunciando a sus objetivos de sostenibilidad?

En el desarrollo de una investigación exploratoria realizada con estudiantes universitarios, dos hallazgos emergieron en los últimos días que me alertaron a escribir este corto artículo para encender una alerta amarilla.

Durante una serie de visitas a empresas caleñas promotoras del triple impacto y certificadas con los sellos BIC y B, dos entrevistados comentaron sobre su inminente renuncia a continuar comprometidos con los requerimientos que exige su organismo certificador.

Aunque estos dos casos no representan una conducta generalizada invita a estudiar una nueva hipótesis que debe ser monitoreada a nivel local e internacional, evitando que estas buenas prácticas de responsabilidad social empresarial y ambiental no se desinflen y pasen a hacer solo un deseo utópico o una moda pasajera.

Al examinar el entorno global y este aparente retroceso en los compromisos internacionales, encontramos algunos reportes donde se informa que empresas como Unilever, Bank of América y Shell han abandonado o incumplido sus objetivos en varias de sus prácticas de sostenibilidad como son la reducción de sus emisiones contaminantes o en su desvinculación con estos sectores.

Por otra parte, bancos como UBS, HSBC y la cadena Starbucks internacional han comenzado a renunciar a otros objetivos relacionados con sus planes de incentivos y remuneración para los ejecutivos comprometidos con el impacto sostenible.

Como si todo fuese un castillo de naipes, hace un par de meses la British Petroleum abandonó el objetivo que vinculaba las bonificaciones al crecimiento de sus negocios por transición energética, habiéndolo adoptado tan sólo un año atrás.

Según un estudio realizado por la empresa de investigación Sapio con sede en Londres, el 44% de 1400 empresas encuestadas entre 2023 y 2024 expresaron que, hoy es más difícil que antes alcanzar las metas para la eliminación de las emisiones de gases de efecto invernadero ′Net zero′ a causa de una falta de claridad en las regulaciones y por sus constantes cambios.

La bandera del eco-silencio o ′greenhushing′ adoptada por grandes compañías para mostrar genuinidad en sus prácticas sostenibles, están luchando para adaptarse a nuevas regulaciones y esquemas de cumplimiento, a tal nivel que no buscan comunicar sus estrategias, ahora evitando una autopromoción negativa generada por la disminución en su impacto sostenible.

Continuaré monitoreando este escenario de presunta sostenibilidad insostenible.

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