Cali, septiembre 29 de 2024. Actualizado: sábado, septiembre 28, 2024 02:47

Hugo E. Gamboa Cabrera

Un dios para el tercer mundo

Hugo E. Gamboa Cabrera

El actual gobierno, sistemáticamente, pretende distraernos con peroratas en las que se ofende, se dicen mentiras y se desconoce la realidad de lo que ocurre en nuestra patria con aquellas medidas económicas y políticas que nos enredan la pita en nuestra vida cotidiana.

Si, ese es su perfil ideológico, que afecta mucho a todos, mucho más a la gente del común, o sea a pobres y a quienes se rebuscan de alguna manera.

Claro que me preocupa no poder referirme a temas distintos pero, realmente, soy uno de aquellos a los que les duele el camino que toma nuestra nación por culpa de la ideología. Va a ser difícil recuperar a Colombia en el próximo cuatrienio después de que el actual gobierno cumpla su período, si es que cumple con ese orden constitucional. Llorar sobre la leche derramada no es mi propósito.

Eso de no explorar recursos energéticos, de dejar de vender carbón al exterior, de no permitir la inversión privada, que significan muchos dólares y euros que servirían para tantas actividades en el país, solo le sirve a otros países que aprovechan semejante tergiversación de nuestra economía, para asumir esas ganancias.

Después del cuento ese de las “inversiones forzosas”, sale a ahora a amenazarnos con la peligrosa propuesta de imprimir billetes dizque “para ayudarle a los pobres.”

Eso hizo Chávez y el bolívar quedó valiendo “huevo”, amén del incontrolable aumento de todo lo que consumen los pobres y de la caída del sistema financiero. Sería peor el remedio que la enfermedad.

Tratar a las mujeres en el periodismo como “muñecas de la mafia” es una canallada, desconociendo, de hecho, la libertad de expresión, solo porque no soporta que algunas se destaquen por su capacidad de pensamiento y le critiquen su gobierno.

Decir que no “entiende” como existen negros (textualmente) con ideas conservadoras como el actual presidente de la Corte Suprema (chocoano), es ser muy ignorante o demasiado sectario para no reconocer la diversidad en ideas y comportamientos. Acusar a Israel de país asesino y no hacerlo con Rusia por lo de Ucrania, es inverosímil.

Definitivamente, ese deseo intrínseco de dividirnos, de promover esa maldita lucha de clases sociales en beneficio de la ideología, de insultar en ráfagas contra quienes piensan diferente, no es cosa distinta a gobernar con odio y mediocridad.

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viernes 6 de septiembre, 2024
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