Cali, mayo 30 de 2025. Actualizado: jueves, mayo 29, 2025 22:54
El miedo favorece el autoritarismo. Vencerlo es una tarea ciudadana y también institucional.
El miedo no puede gobernarnos
Este miércoles inicia una nueva jornada de paro nacional, y en Cali, el temor se respira en el ambiente. No es gratuito.
El recuerdo del estallido social de 2021 todavía pesa. Nadie ha olvidado los bloqueos, los enfrentamientos y la sensación de abandono.
Pero si algo debemos aprender de esa experiencia es que el miedo no puede volver a imponerse como forma de control social.
El miedo ha sido una herramienta histórica de poder. Lo usaron regímenes totalitarios en el siglo XX para someter pueblos enteros, fabricar enemigos y justificar la suspensión de libertades.
Hoy, aunque en contextos distintos, sus efectos vuelven a sentirse: desconfianza, tensión y la posibilidad de reacciones violentas.
En lugar de cohesión, el miedo genera parálisis. En lugar de diálogo, instala sospecha.
En Cali, donde la fractura social fue más honda que en otras ciudades, es comprensible que muchas personas teman, pero no se puede permitir que ese miedo vuelva a confinar la vida pública.
Las calles no deben ser campo de batalla ni espacios de amenaza; la protesta pacífica es un derecho, pero también lo es la posibilidad de trabajar, estudiar y vivir con normalidad, una cosa no puede anular la otra.
Además, cuando los ciudadanos actúan con miedo, confieren poder, y si quienes gobiernan descubren que ese miedo los favorece, pueden usarlo para consolidarse.
Por eso, el mensaje debe ser claro: el miedo no puede dictar nuestras decisiones, ni paralizar a la sociedad, ni justificar abusos.
Hoy más que nunca se necesita respeto, serenidad y firmeza, la democracia no se construye con temor ni se sostiene con intimidación y el primer paso para defenderla es vencer el miedo, no reproducirlo.