¿Cómo nos están hablando?

Los resultados de un focus group realizado por el Diario Occidente concluyeron que en Colombia los discursos de poder, vengan del gobierno o de la oposición, se construyen más desde la rabia, la confrontación y la polarización que desde la empatía y la esperanza.

Los datos son claros: la mayoría de los consultados siente que tanto el presidente como los líderes de la oposición comunican desde la rabia, y eso se traduce en ansiedad, miedo y un deterioro de la forma en que nos tratamos.

Los líderes tienen la responsabilidad de hablar para construir, no para incendiar, cada palabra que pronuncian tiene una intención y un efecto.

Usar el miedo, la rabia o el insulto como estrategia es una forma de manipular y de controlar emocionalmente a la sociedad. Es una forma de dividir para reinar.

Pero también toca mirar hacia adentro: los ciudadanos no pueden seguir siendo eco de ese lenguaje.

La principal arena de agravios hoy son las redes sociales, donde cada comentario, cada meme, cada frase cargada de odio o burla contribuye a ampliar la fractura.

Es hora de recordar que el respeto empieza por cómo nos hablamos entre nosotros. La política no puede seguir funcionando como una olla a presión de emociones negativas.

Si queremos un país en paz, la conversación debe cambiar, no se trata de callar, ni de dejar de disentir, se trata de debatir sin descalificar, de exigir sin insultar, de opinar sin humillar.

Este es un momento para reflexionar, para hacer una pausa y para que cada uno, desde el poder, desde los medios, desde la calle o desde el celular, entienda su parte de responsabilidad.

Un país que habla desde el respeto y la empatía es un país que construye paz y convivencia y que fortalece su democracia.

Vea el informe sobre el focus group aquí.

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