Concejal culpa a Petro de ataque a Nadia Blel

Mauricio Ríos Giraldo

El concejal de Cali y presidente del Directorio Distrital Conservador, Marlon Borrero, responsabilizó directamente al presidente Gustavo Petro del hostigamiento que sufrió la senadora Nadia Blel, presidenta del Directorio Nacional Conservador, en su residencia en Cartagena.

Borrero se refirió a la manifestación que simpatizantes petristas realizaron el pasado jueves 3 de abril frente a la casa de la congresista, con gritos e intimidaciones, tal como lo denunció la propia senadora a través de su cuenta de X.

Según Borrero, no se trata de un hecho aislado, sino del resultado de la creciente polarización política que, en sus palabras, “ha traspasado los límites de la cordura y la decencia” por cuenta del discurso del jefe de Estado.

Como muestra de esa incitación, el concejal citó una de las frases pronunciadas por el presidente Petro en la Plaza de Bolívar, el pasado 18 de marzo, en pleno enfrentamiento por la reforma laboral: “Cada senador debe recordar que no es más que un simple representante del pueblo y que debe obedecerlo. Y que si no es así, si se cree tirano sobre el pueblo, si le da miedo el pueblo que representa, entonces el pueblo lo sacará del Congreso, como tiene que ser”.

Para Borrero, estas palabras son una clara señal de hostigamiento contra los senadores que no respaldaron la reforma laboral, en particular Nadia Blel, presidenta de la Comisión Séptima del Senado, donde se hundió el proyecto.

“Se configura en un ataque a la mujer, en un gobierno que paradójicamente dice respetarlas”, afirmó el concejal caleño, quien también recordó que en la vivienda se encontraba el hijo menor de edad de la senadora, lo cual agrava la situación.

El dirigente conservador advirtió que detrás de la reforma laboral no hay un interés genuino por mejorar las condiciones del empleo en Colombia, sino una estrategia política para fortalecer electoralmente al petrismo.

“Usted lo que quiere con su reforma laboral es tener una plataforma para hacer campaña electoral”, afirmó, cuestionando además que el gobierno insista en promover una consulta popular sobre el tema.

Borrero planteó que, si el gobierno está tan seguro del respaldo ciudadano, no tendría por qué alentar intimidaciones a quienes se oponen al proyecto: “No hay necesidad de que los miembros del Pacto Histórico sigan sometiendo a los congresistas a intimidaciones de gente enardecida que ni siquiera conoce el contenido de la reforma”.

Al ver la forma en la que Petro justificó el hostigamiento a Blel, con la desafortunada frase “No nos eche la culpa por lo que usted misma provocó”, toma mayor validez el pronunciamiento de Borrero.

Que el propio presidente de la República valide este tipo de acosos contra los congresistas que tienen posiciones contrarias a su gobierno, rompe las garantías mínimas que él mismo, como jefe de Estado, debería garantizar.