Disidencias de las Farc secuestran a dos niñas indígenas

En un grave hecho que agudiza la crisis humanitaria en el norte del Cauca, integrantes de las disidencias de las Farc, pertenecientes al frente Jaime Martínez, secuestraron a dos niñas indígenas de 14 y 15 años luego de interceptar una misión humanitaria de la Guardia Indígena en zona rural del corregimiento de Timba, municipio de Suárez.

Las menores, pertenecientes al pueblo Nasa, habían sido rescatadas horas antes tras haber sido víctimas de reclutamiento forzado.

El ataque se registró cuando la caravana de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca Acin trasladaba a las adolescentes hacia un lugar seguro.

Según denunció el Consejo Regional Indígena del Cauca Cric, los vehículos fueron detenidos, las llantas pinchadas y los ocupantes amenazados con armas largas.

En medio de los disparos, los armados retuvieron a las menores y hurtaron uno de los automotores.
“Rechazamos rotundamente este acto violento. Exigimos la entrega inmediata de las niñas y de todos los menores que siguen siendo víctimas de esta guerra absurda”, expresó Nini Johana Daza, consejera del Cric.

Infracción

La Defensoría del Pueblo calificó los hechos como una infracción grave al Derecho Internacional Humanitario, al recordar que los niños y adolescentes tienen una protección especial frente al conflicto armado.

“Estos hechos constituyen una violación directa al principio de distinción, que prohíbe dirigir acciones militares contra personas no combatientes”, señaló la entidad.

La ONU, a través de su Oficina de Derechos Humanos, también se pronunció con firmeza, exigiendo la liberación inmediata de las niñas y el respeto a la labor humanitaria de las comunidades indígenas.

Mientras tanto, las autoridades ancestrales reiteraron su rechazo al reclutamiento forzado y a las constantes agresiones que sufren en sus territorios.

“Pedimos que cesen los ataques, que dejen en paz a nuestras familias y respeten nuestra autonomía como pueblos indígenas”, enfatizó la Acin.

Este nuevo episodio evidencia la compleja situación de seguridad en la región, donde las disidencias siguen imponiendo el terror, desafiando abiertamente al Estado y vulnerando los derechos fundamentales de las comunidades más vulnerables.

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