Cali, septiembre 4 de 2025. Actualizado: miércoles, septiembre 3, 2025 23:38
Anif alerta sobre riesgos de sostenibilidad
Déficit externo de Colombia se profundiza en el segundo trimestre de 2025
La balanza de pagos de Colombia cerró el segundo trimestre de 2025 con señales preocupantes: el déficit en cuenta corriente y en cuenta financiera se amplió, reflejando tanto el dinamismo de las importaciones como la creciente dependencia del país de capitales externos para financiar sus necesidades fiscales.
Así lo revela el más reciente Comentario Económico de Anif, que advierte sobre los riesgos que este panorama representa para la sostenibilidad macroeconómica en un contexto de alta incertidumbre internacional.
Cuenta corriente: déficit de 2,5% del PIB trimestral
El déficit de la cuenta corriente se ubicó en US$2.595 millones, equivalente al 2,5% del PIB trimestral, lo que significó un aumento de 0,5 puntos porcentuales frente al trimestre anterior.
Este resultado se explicó principalmente por el mayor desequilibrio de la balanza comercial de bienes, que alcanzó -US$3.624 millones, en contraste con los -US$3.060 millones del primer trimestre.
La balanza de servicios también registró un deterioro, con un saldo negativo de US$132 millones, luego de haber reportado un superávit de US$387 millones en el trimestre previo.
En contraste, la renta de los factores mostró cierta mejora, al reducirse su déficit a -US$2.990 millones frente a los -US$3.847 millones del inicio del año. El único componente que aportó alivio fueron las transferencias corrientes, que aumentaron a US$4.151 millones, impulsadas por las remesas de colombianos en el exterior.
Cuenta financiera: dependencia creciente del capital de portafolio
El déficit de la cuenta financiera ascendió a US$1.924 millones (-1,8% del PIB trimestral), con un incremento absoluto de US$310 millones frente al trimestre anterior.
Las entradas de capital extranjero sumaron US$6.555 millones, un fuerte salto respecto a los US$4.632 millones del primer trimestre, impulsadas por el crecimiento de la inversión de cartera, que pasó de US$1.207 millones a US$6.189 millones.
Este flujo estuvo asociado a nuevas operaciones de financiamiento del Gobierno en medio de restricciones fiscales.
Aunque la inversión extranjera directa (IED) también creció, al ubicarse en US$3.444 millones, el incremento de las salidas de capital de residentes (US$4.555 millones) y el aumento de las reservas internacionales en US$525 millones ampliaron el déficit neto.
Gráfico: IA
Primer semestre: desequilibrio estructural
Con estos resultados, el déficit corriente acumulado del primer semestre llegó a US$4.686 millones (-2,2% del PIB semestral), explicado principalmente por la ampliación del déficit comercial.
En paralelo, la cuenta financiera registró entradas netas por US$3.538 millones (-1,7% del PIB semestral), sustentadas en mayor ingreso de capital extranjero, en particular de corto plazo.
ANIF advierte que esta combinación refleja un desequilibrio estructural: Colombia depende en exceso del financiamiento externo, con alta exposición a la volatilidad de los mercados internacionales y a la confianza de los inversionistas en la sostenibilidad fiscal.
Riesgos fiscales y externos en el horizonte
El análisis de ANIF subraya que el deterioro de la balanza de pagos coincide con presiones adicionales en el frente fiscal. Las mayores necesidades de endeudamiento del Gobierno han llevado a una dependencia creciente del capital de portafolio, más volátil que la IED, lo que aumenta la vulnerabilidad ante cambios en la percepción de riesgo país o en la política monetaria internacional.
A esto se suma la volatilidad de los términos de intercambio, la recuperación todavía desigual de la demanda interna y un entorno global marcado por tensiones comerciales.
En este contexto, la sostenibilidad de la balanza de pagos en el corto y mediano plazo dependerá de la capacidad de Colombia para atraer inversión estable, diversificar sus exportaciones y garantizar disciplina fiscal.
Señales de alerta para la política económica
El informe concluye que, aunque factores como el crecimiento de la IED y el aumento de las remesas ayudan a mitigar los desequilibrios, la profundización de los déficits en cuenta corriente y financiera plantea retos mayores.
La economía colombiana deberá enfrentar un 2025 con un déficit externo creciente, en un entorno fiscal desafiante y con una alta dependencia de capitales de portafolio.
La advertencia de ANIF es clara: sin medidas que fortalezcan la competitividad exportadora, diversifiquen las fuentes de divisas y aseguren sostenibilidad fiscal, el país podría enfrentar mayores tensiones en su estabilidad macroeconómica y en la confianza de los inversionistas.