Cali, septiembre 4 de 2025. Actualizado: miércoles, septiembre 3, 2025 23:38
La reforma tributaria de Petro castiga a quienes menos capacidad tienen para soportar los aumentos.
Impuesto a la gasolina, sí es un golpe a los pobres
El presidente Gustavo Petro intenta justificar la nueva reforma tributaria, que busca recaudar 26 billones de pesos, con un argumento que resulta ofensivo para los colombianos de las clases populares, pues aseguró que “el pobre no usa casi gasolina”.
Sin embargo, basta mirar cómo funciona la economía para entender que ese razonamiento es equivocado y profundamente insensible.
El combustible no es solo para los carros particulares, es el insumo que mueve el transporte de carga y pasajeros, desde los camiones que llevan alimentos hasta los buses que usan a diario millones de ciudadanos y también las motocicletas.
Si el precio de la gasolina o del diésel sube, todo se encarece: la papa, la yuca, el arroz, la ropa y hasta el pasaje del bus. Así, aunque alguien no tenga vehículo, termina pagando más por cada producto o servicio que consume.
La reforma plantea que a partir de 2026 la gasolina tendrá un IVA del 10% y en 2027 quedará gravada con la tarifa general del 19%. En el caso del ACPM, será del 10% en 2026 y 2027, y desde 2028 también pagará el 19%.
En un país donde millones de hogares dependen del transporte público y destinan la mayor parte de sus ingresos al consumo básico, este incremento golpea de frente a los sectores populares.
El efecto es aún más grave para quienes tienen menos capacidad de ajuste. Las familias de mayores ingresos pueden absorber o compensar parcialmente estas alzas, pero los pobres no.
El combustible es la sangre que mueve la economía. Si se encarece, cada sector ajusta sus precios y el impacto llega al bolsillo de todos.
La paradoja es que el gobierno que prometió defender a los más necesitados termina castigándolos con una reforma que los golpea con más fuerza.