Cali, abril 25 de 2025. Actualizado: jueves, abril 24, 2025 22:58

Comer también es emocional, pero con equilibrio

Los antojos están más ligados a emociones que a necesidades físicas, descubre porqué

Los antojos están más ligados a emociones que a necesidades físicas, descubre porqué
lunes 21 de abril, 2025

¿Te ha pasado que, justo después de una discusión, sientes ganas incontrolables de comer chocolate? ¿O que, al estar estresado, necesitas algo “crujiente” y salado como papas fritas? Aunque creas que tu cuerpo te está pidiendo energía, la mayoría de los antojos tienen más que ver con lo emocional que con lo físico.

Aquí te explicamos por qué sucede esto, cómo identificarlo y qué hacer para no caer en patrones de alimentación emocional que saboteen tu bienestar.

Comer para calmar, no para nutrir

Los antojos suelen surgir en momentos de estrés, tristeza, ansiedad, soledad o aburrimiento. Nuestro cerebro, en especial el sistema de recompensa, busca una manera rápida de hacernos sentir bien.

Y nada más efectivo (al menos a corto plazo) que el azúcar, la grasa o los carbohidratos refinados, que activan la liberación de dopamina: la hormona del placer.

El problema es que, aunque alivian temporalmente la emoción incómoda, no resuelven el conflicto real.

Peor aún, generan culpa, hinchazón o aumento de peso, lo que crea un círculo vicioso de malestar y más antojos.

¿Antojo o hambre real?

Una de las claves para entender si tu cuerpo necesita alimento o estás reaccionando emocionalmente es distinguir el tipo de hambre:

  • Hambre física: aparece gradualmente, puedes comer cualquier alimento, y se calma al saciarte.
  • Antojo emocional: aparece de repente, está enfocado en un tipo específico de comida (casi siempre poco saludable), y no se satisface fácilmente. Incluso puedes seguir comiendo sin tener hambre.

Ejemplo: No tienes hambre, pero de pronto “necesitas” un postre tras un mal día en el trabajo. Esa es hambre emocional.

Los antojos están más ligados a emociones que a necesidades físicas, descubre porqué

¿Por qué sentimos antojos según la emoción?

La relación entre emociones y alimentos no es casual.

Muchas veces, ciertos sabores se asocian a recuerdos, personas o estados de confort:

  • Dulces: relacionados con necesidad de cariño, consuelo o nostalgia.
  • Comidas saladas y crujientes: ligadas a frustración, rabia o necesidad de control.
  • Carbohidratos como pan o pasta: brindan sensación de calma y seguridad.
  • Comida chatarra: puede representar una forma de “castigo” o descontrol cuando sentimos que fallamos.

Conocer esto permite identificar qué emoción estamos intentando cubrir cuando aparece ese antojo repentino.

¿Qué hacer para no dejarte llevar por los antojos?

  1. Haz una pausa y respira: Antes de correr por ese snack, tómate unos minutos para observar cómo te sientes. ¿Estás triste, ansioso, aburrido?
  2. Escribe lo que estás sintiendo: Poner en palabras lo que pasa en tu interior ayuda a reducir el impulso emocional.
  3. Busca otras formas de consuelo: Un baño caliente, caminar, escuchar música, llamar a un amigo o practicar respiración consciente pueden ayudarte más que una barra de chocolate.
  4. No te castigues si caes: Todos lo hacemos. Lo importante es desarrollar conciencia y avanzar paso a paso.

No se trata de eliminar por completo los antojos ni castigarte por ceder. Comer con placer también es parte del bienestar.

Pero cuando los antojos se vuelven frecuentes y controlan tus decisiones, es hora de prestar atención a lo que estás sintiendo realmente.

Tu cuerpo necesita alimento, pero tu alma también necesita cuidado, calma y comprensión. Aprender a reconocer la raíz emocional de lo que comes es un gran paso hacia una relación más sana contigo mismo.

*Este artículo fue elaborado por un periodista del Diario Occidente usando herramientas de inteligencia artificial.


Los antojos están más ligados a emociones que a necesidades físicas, descubre porqué

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