Cali, agosto 4 de 2025. Actualizado: domingo, agosto 3, 2025 22:22

Cuando el hogar se convierte en campo de tensión emocional

El trauma de ser criado por padres que nunca se amaron

El trauma de ser criado por padres que nunca se amaron
lunes 4 de agosto, 2025

Muchos niños crecen en hogares donde el amor entre los padres no existe o nunca existió. No hay muestras de cariño, complicidad ni respeto. Solo silencio, indiferencia o constantes tensiones.

Y aunque a simple vista parezca que los niños no entienden lo que pasa, la verdad es que este tipo de ambiente deja una marca emocional profunda.

Ser criado por padres que nunca se amaron puede convertirse en una experiencia traumática, especialmente cuando esa falta de amor se transforma en frialdad, hostilidad o ausencia emocional. Este trauma no siempre se manifiesta en la infancia, pero suele emerger con fuerza en la adultez.

¿Cómo se forma este trauma?

Los niños aprenden lo que es el amor, el afecto y la convivencia a través del ejemplo de sus padres. Cuando ese ejemplo está marcado por la distancia emocional o la falta de conexión, el niño crece confundido, sin saber cómo expresar sus propias emociones ni cómo vincularse sanamente con los demás.

Este tipo de crianza puede generar una sensación constante de inseguridad emocional. El niño puede sentir que el amor no es algo real ni alcanzable, o que toda relación está destinada al conflicto o a la insatisfacción.

Secuelas emocionales en la vida adulta

1. Dificultad para confiar en el amor: Quienes crecieron en hogares sin amor entre sus padres suelen tener miedo al compromiso o dificultad para creer que una relación pueda ser estable y sana.

2. Autoestima debilitada: Al no sentirse realmente vistos ni comprendidos durante su infancia, muchos desarrollan una percepción de sí mismos marcada por la inseguridad y la sensación de no ser dignos de afecto.

3. Relaciones tóxicas o distantes: El modelo de pareja que vieron en casa se convierte, muchas veces, en una referencia inconsciente. Así, pueden repetir patrones de indiferencia o sumirse en relaciones donde el conflicto es constante.

4. Hipervigilancia emocional: Algunos aprenden a anticiparse al malestar de los demás para evitar conflictos, lo que genera una sobrecarga emocional que lleva al agotamiento, la ansiedad o la represión de sus propias necesidades.

El trauma de ser criado por padres que nunca se amaron

El niño que vive en guerra silenciosa

Crecer en un hogar donde no hay amor de pareja no siempre implica gritos o violencia física. Muchas veces, lo que más duele es la frialdad constante, los silencios incómodos o la indiferencia.

Esa “guerra silenciosa” puede ser igual de devastadora para un niño, pues transmite el mensaje de que el amor es inexistente o, peor aún, que es algo que se soporta por obligación.

¿Se puede sanar este tipo de trauma?

Sí, aunque no es un proceso fácil ni inmediato. Requiere tomar conciencia de lo vivido, entender que lo que se experimentó no fue normal ni saludable, y permitir que las emociones reprimidas salgan a la luz.

La terapia psicológica es una herramienta valiosa para trabajar estas heridas. También lo es aprender nuevas formas de relacionarse, rodearse de vínculos sanos y, sobre todo, cultivar el amor propio.

Ser criado por padres que nunca se amaron deja cicatrices invisibles, pero reales. Afecta la forma en que vemos el amor, a nosotros mismos y al mundo. Sin embargo, no estamos condenados a repetir esa historia.

Con trabajo interior y autoconocimiento, es posible construir una vida emocional diferente, basada en vínculos sanos, verdaderos y libres del peso del pasado.

*Este artículo fue elaborado por un periodista del Diario Occidente usando herramientas de inteligencia artificial.


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