Cali, julio 24 de 2025. Actualizado: jueves, julio 24, 2025 21:38

Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Añoranzas del Aguacatal

Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Santiago de Cali en antaño se ganó el apelativo de Sucursal del Cielo por haber brillado como el municipio de los siete ríos.

Las personas que quisieron comprobar o demostrar esa fama, en vano escudriñaron sus cuatro puntos cardinales.

Similar que ocurre con los otros seis ríos, añoramos el Aguacatal quienes de chicos recorrimos su ribera, jugamos a mojar nuestros amiguitos o nos zambullimos sumergidos en su cauce de aguas frías con poderes curativos.

Fueron tantas las experiencias lúdicas infantiles, entre ellas, recordamos los charcos cristalinos donde perseguimos pececitos y observamos como en laboratorio la metamorfosis de la rana.

Nuestros progenitores no renunciaron a sus orígenes campesinos: nacimos, sacados con partera, en la otrora vereda de Terrón Colorado.

Vimos la luz en aquel pueblito con finquitas que delinearon la calle central sobre la cima vecina al gran cañón entre dos ramales desprendidos de Los Farallones.

Pero transformada la vereda en barrio improvisado y hacinado, se perdió lo edénico del Aguacatal, en poco tiempo se convirtió en cloaca.

Por eso alegra a terronianos coloriados y caleños que el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, Dagma, después de medio siglo de putrefacción del principal afluente del rio Cali, anuncie que liderará un plan de choque para descontaminarlo.

Claro, no quedará impecable, pero reconforta que no olerán más feo sus aguas, se oxigenará y se reanimará con ayuda de humedales artificiales.

El río Aguacatal, más que requerir de monitoreo continuo, construcción de humedales y red de alcantarillado, el mejor plan para reanimarlo será que los caleños volvamos a amarlo, cuidarlo y defenderlo.

Comments

miércoles 23 de julio, 2025
ads_top
Powered by Sindyk Content
Arriba