La visa y el circo

Hugo E. Gamboa Cabrera

Ese escándalo izquierdista sobre la visa “suprimida” ha sido sobredimensionado. En Colombia se sabía que don Gustavo Petro buscaba desesperadamente que eso ocurriera.

Eso le brindaba la oportunidad de convertirse—según su ego—en líder global gracias a la consabida tensión entre israelíes y palestinos y, por consiguiente, en “posicionar” a sus candidatos a presidencia y Congreso en nuestro país.

Afortunadamente, según parece, salvo quienes siguen las directrices del desvisado, millones han tomado este percance populista como un episodio más de la actitud característica del “mandatario” nacional.

A nivel internacional, infortunadamente, si nos está causando mucho daño, no solo diplomático sino comercial, pues se nos pueden cerrar puertas que nos convertirían en un país bloqueado como Cuba y Venezuela, lo que serviría a los propósitos de la izquierda de postrarnos y gobernarnos a través de una dictadura ideológica.

A muchos nos llama la atención que se persista en los bloqueos, que se revivan las consignas en las paredes de lugares comerciales, que sistemáticamente ocurran secuestros y asesinatos de miembros de las FF.AA. sin que nadie las defienda (¿para eso se dio de baja gran parte del generalato recién iniciado el actual gobierno?), que maten líderes sociales, que se imponga una nueva reforma tributaria que solo perturbará a la clase media y pobre a través de la canasta familiar, mientras a los ricos los afecta someramente.

¿Es que nadie se da cuenta de esta real situación? Eso ya lo hemos visto en Cuba, Venezuela, Nicaragua, etc.

Los afectados con todas estas cosas son los del medio y los de abajo; esos que son los que se quedan al final de las equivocadas revoluciones padeciendo las consecuencias como la miseria total mientras los ricos gracias a su estatus financiero toman las de Villadiego.

Preocupa entonces que, en la difícil coyuntura actual, nos suceda lo que alguna vez manifestó la exprimera ministra inglesa Margaret Thatcher: “Persiguen el poder con el objeto de ser ellos los “que parten y reparten”, obviamente quedándose ellos con la mejor parte.”