Cali, agosto 4 de 2025. Actualizado: domingo, agosto 3, 2025 22:22
Despertaron a Colombia
Ese proceso sesgado y político contra Álvaro Uribe Vélez, gestado hace trece años por un expresidente que vendió la dignidad de Colombia por un premio nobel, junto a tres magistrados de la Corte Suprema, miembros importantes del mal recordado “cartel de la toga” (uno de ellos se fugó a Canadá), molestos porque el expresidente los acusó de “recibir dádivas de narcos”, de un siniestro ex_ fiscal general que hizo y deshizo en ese cargo asesoró el robo de SaludCoop, invirtió mucho dinero en una universidad que jamás funcionó, habló de comprar un avión para el organismo a su cargo, el que nunca vimos y cuya inversión se perdió y, designó “fiscales-embajadores” en varios países y de cuya gestión no se conoció nunca nada, amén de un reconocido congresista comunista protegido de los “comandantes” de ese movimiento “guerrillero”, con quienes posaba orgullosamente y, según se dice, el encargado del billete para ese esperpento jurídico.
Pero para hacernos a una idea más funesta, lograron que la actual fiscal general (de bolsillo le dicen), designara como fiscal del caso Uribe a una señora que fue funcionaria de confianza del exfiscal general ya mencionado y, como juez a una señora que desde el inicio del juicio demostró su fobia contra Uribe y sus defensores, según se dijo, por razones ideológicas.
Lo cierto es que este proceso nació marcado por la ignominia. El propósito era quitar del medio a quién se convirtió en la piedra en el zapato de la izquierda para oponerse a quienes quieren acabar con la democracia en Colombia y establecer un modelo de país decreciente pero, con este juicio y condena que, seguramente será revertida por magistrados juiciosos, serios y preocupados por lo que nos corre pierna arriba a los colombianos, lograron es que el país tome conciencia y salga a votar masivamente, como nunca antes, para devolverle a Colombia su dignidad ya que con lo que hemos padecido en estos tres años, somos conscientes que Colombia está siendo destruida por esa rapiña sobre el presupuesto nacional y una posible pérdida de soberanía a través de un acuerdo binacional con una de las peores tiranías del mundo cuyo moneda no tiene valor y le debe a nuestros empresarios, además, desde años atrás, ocho mil quinientos millones de dólares que nunca se pagaron.